Bienvenidos a Centro Rosa Luxemburgo
Amantar, saborear, ayudar, esperar, sostener, respirar con alguien un final. Poemas escritos de verbos vueltos amigos aunque lo que se narre no sea un festejo. O quizá por eso, porque no está la pretensión de ser feliz como imperativo, slogan o ideal, sino la de estar presente a pesar de su importancia efímera, deja una impronta. Las hojas son el asiento-sillón en el que el cuerpo descansa, se echa, piensa, pregunta y anhela la condensación del propio tiempo, el que hubo, no hay, y se pellizca de donde sea para que no se convierta en sobra! El poema como voluptuosidad total, entrega, a lo que es, va siendo por envión, no hay forma de caminar hacia atrás, manejar, movernos de otro modo.
—Tamara Domenech
Amantar, saborear, ayudar, esperar, sostener, respirar con alguien un final. Poemas escritos de verbos vueltos amigos aunque lo que se narre no sea un festejo. O quizá por eso, porque no está la pretensión de ser feliz como imperativo, slogan o ideal, sino la de estar presente a pesar de su importancia efímera, deja una impronta. Las hojas son el asiento-sillón en el que el cuerpo descansa, se echa, piensa, pregunta y anhela la condensación del propio tiempo, el que hubo, no hay, y se pellizca de donde sea para que no se convierta en sobra! El poema como voluptuosidad total, entrega, a lo que es, va siendo por envión, no hay forma de caminar hacia atrás, manejar, movernos de otro modo.
—Tamara Domenech