Bienvenidos a Centro Rosa Luxemburgo
EDICIÓN Y REVOLUCIÓN EN ARGENTINA, HORACIO TARCUS (DIRECTOR)
Ezequiel Saferstein - Lucas Domínguez Rubio (coordinadores)
Textos de: Lucas Domínguez Rubio, Ezequiel Saferstein, Horacio Tarcus, Natalia Bustelo, Florencia Paine Ubertalli Steinberg, Ricardo Martínez Mazzola, Martín Ribadero, Adrián Celentano, Horacio Crespo, Emiliano Álvarez Sotillo, Diego García y Gustavo Sorá
Colección Sentidos del libro
La cultura de izquierdas se forjó tanto en la práctica como en el pensamiento. La acción transformadora o revolucionaria nunca fue ciega sino guiada por una doctrina o una teoría emancipatoria de la cual anarquistas, socialistas y comunistas estaban orgullosos. La conquista de la calle y la difusión del libro iban de la mano. Reunir grupos de afinidad anarquista o crear centros socialistas significaba fundar bibliotecas y editar folletos, periódicos y revistas. Aunque hoy nos resulte anacrónico, el libro fue objeto de censura, confiscación y destrucción porque contenía horizontes de liberación. Todas las fuerzas de izquierda repitieron aquella máxima de raíces ilustradas: los libros nos harán libres.
Por su circulación editorial, Argentina tuvo un rol destacado en el proceso de conformación de las izquierdas latinoamericanas. Los flujos migratorios europeos así como la red de intercambios con el Viejo Continente, junto con la formación temprana de un proletariado urbano y la creación de un sistema educativo de alcance nacional, sentaron las bases de un público lector ampliado que en las primeras décadas del siglo XX consumía grandes tirajes de libros baratos y folletería popular. Al menos 250 colecciones editoriales anarquistas y unas quinientas publicaciones periódicas libertarias fueron lanzadas en Argentina solamente durante el siglo pasado. El socialismo publicó durante más de un siglo una enorme cantidad de periódicos regionales y cientos de títulos de folletos ofrecidos a precio de costo. El aparato editorial comunista produjo una masa colosal de impresos en español. Las editoriales de la “nueva izquierda” tomaron su relevo en los años 60 y 70.
Las izquierdas argentinas no protagonizaron durante el siglo XX procesos exitosos de revolución, como en Cuba, ni formaron coaliciones de gobierno, como en Chile. A pesar de sus límites políticos, fueron culturalmente exitosas. Sus impresos trascendieron al proletario ideal al que iban dirigidos, incidiendo en todas las esferas sociales y nutriendo los grandes debates que atravesaron el siglo XX argentino. Sus programas más utópicos se transformaron en derechos conquistados, sus ideas entonces de avanzada hoy están arraigadas en la cultura argentina.
Las nuevas derechas radicales lo saben, por eso la cultura de izquierdas es su blanco predilecto. El presente libro es pues algo más que un ejercicio de historia intelectual, ya que es la historia de una cultura desafiada. Puede leerse entonces como una invitación a descubrir las diversas estrategias culturales que desplegaron a contracorriente las mujeres y los hombres de las generaciones que nos precedieron.
EDICIÓN Y REVOLUCIÓN EN ARGENTINA, HORACIO TARCUS (DIRECTOR)
Ezequiel Saferstein - Lucas Domínguez Rubio (coordinadores)
Textos de: Lucas Domínguez Rubio, Ezequiel Saferstein, Horacio Tarcus, Natalia Bustelo, Florencia Paine Ubertalli Steinberg, Ricardo Martínez Mazzola, Martín Ribadero, Adrián Celentano, Horacio Crespo, Emiliano Álvarez Sotillo, Diego García y Gustavo Sorá
Colección Sentidos del libro
La cultura de izquierdas se forjó tanto en la práctica como en el pensamiento. La acción transformadora o revolucionaria nunca fue ciega sino guiada por una doctrina o una teoría emancipatoria de la cual anarquistas, socialistas y comunistas estaban orgullosos. La conquista de la calle y la difusión del libro iban de la mano. Reunir grupos de afinidad anarquista o crear centros socialistas significaba fundar bibliotecas y editar folletos, periódicos y revistas. Aunque hoy nos resulte anacrónico, el libro fue objeto de censura, confiscación y destrucción porque contenía horizontes de liberación. Todas las fuerzas de izquierda repitieron aquella máxima de raíces ilustradas: los libros nos harán libres.
Por su circulación editorial, Argentina tuvo un rol destacado en el proceso de conformación de las izquierdas latinoamericanas. Los flujos migratorios europeos así como la red de intercambios con el Viejo Continente, junto con la formación temprana de un proletariado urbano y la creación de un sistema educativo de alcance nacional, sentaron las bases de un público lector ampliado que en las primeras décadas del siglo XX consumía grandes tirajes de libros baratos y folletería popular. Al menos 250 colecciones editoriales anarquistas y unas quinientas publicaciones periódicas libertarias fueron lanzadas en Argentina solamente durante el siglo pasado. El socialismo publicó durante más de un siglo una enorme cantidad de periódicos regionales y cientos de títulos de folletos ofrecidos a precio de costo. El aparato editorial comunista produjo una masa colosal de impresos en español. Las editoriales de la “nueva izquierda” tomaron su relevo en los años 60 y 70.
Las izquierdas argentinas no protagonizaron durante el siglo XX procesos exitosos de revolución, como en Cuba, ni formaron coaliciones de gobierno, como en Chile. A pesar de sus límites políticos, fueron culturalmente exitosas. Sus impresos trascendieron al proletario ideal al que iban dirigidos, incidiendo en todas las esferas sociales y nutriendo los grandes debates que atravesaron el siglo XX argentino. Sus programas más utópicos se transformaron en derechos conquistados, sus ideas entonces de avanzada hoy están arraigadas en la cultura argentina.
Las nuevas derechas radicales lo saben, por eso la cultura de izquierdas es su blanco predilecto. El presente libro es pues algo más que un ejercicio de historia intelectual, ya que es la historia de una cultura desafiada. Puede leerse entonces como una invitación a descubrir las diversas estrategias culturales que desplegaron a contracorriente las mujeres y los hombres de las generaciones que nos precedieron.