Este trabajo examina la intersección de los movimientos sociales de masas y las aspiraciones revolucionarias durante un momento histórico de transición de la sociedad industrial a la postindustrial, o del liberalismo al neoliberalismo, puenteado por una dictadura militar que atacó directamente a las organizaciones populares. Durante la más de media década que culmina con el golpe cívico-militar en 1973, lxs uruguayxs comunes y corrientes asumieron un papel único como protagonistas que desafiaban la dominación social por parte del capital y el Estado. Mientras que la izquierda de influencia soviética pretendía canalizar este protagonismo popular en una apuesta electoral por el control del Estado, la Federación Anarquista Uruguaya mantuvo una crítica anarquista del poder estatal, y buscó construir poder popular y la transformación de lxs sujetxs a través de gestos colectivos de solidaridad y ayuda mutua, principalmente dentro del movimiento obrero organizado, orientados hacia un eventual objetivo revolucionario. Sin embargo, en el momento de su protagonismo, no todos los actores eran revolucionarios, ni todos eran trabajadores, e incluso aquellos que lo eran no actuaron únicamente en respuesta a las condiciones económicas. ¿Quiénes eran? ¿Qué estaban haciendo? ¿Cuáles eran sus objetivos? ¿Y qué los impulsó a actuar? Preguntas que este libro tratará de responder.

Incluso nos animamos a agregar… ¿Podemos hablar de poder anarquista?